- DISCURSO
Aprovechar nuestras fortalezas: el papel de los sectores público y privado en el ecosistema del euro digital
Intervención de Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo
Bruselas, 29 de septiembre de 2022
Me complace estar aquí para nuestro intercambio trimestral, cuando estamos a punto de comenzar el segundo año de la fase de investigación de nuestro proyecto sobre el euro digital.
Durante el año pasado ya tratamos juntos varios aspectos clave. En marzo nos centramos en la cuestión de la privacidad, los casos de uso de un euro digital y una posible funcionalidad offline[1], y en junio consideramos cómo se podría diseñar el euro digital para evitar que tenga un efecto negativo en la estabilidad financiera[2].
Tras el diálogo mantenido en esta sede y con otras partes interesadas, que nos ha proporcionado aportaciones muy valiosas, el Consejo de Gobierno del BCE ha aprobado una primera serie de características fundamentales del diseño[3] del euro digital relacionadas con estas cuestiones.
En particular, estudiaremos opciones que podrían permitir al euro digital reproducir algunas características similares a las del efectivo y ofrecer una mayor privacidad en las operaciones de menor cuantía[4]. Además, en el diseño de un euro digital se integrarán herramientas basadas en los límites y la remuneración[5] para evitar su uso como activo de inversión[6].
Ahora procederemos al análisis de otras opciones de diseño. Además, reexaminaremos el diseño general de un posible euro digital el próximo año, una vez que se hayan tomado todas las decisiones.
Es importante destacar que la aprobación del Consejo de Gobierno de este primer conjunto de opciones de diseño no tiene ninguna influencia en si decidimos pasar a la fase de realización —decisión que probablemente se tome en octubre del próximo año— ni en si finalmente decidimos emitir un euro digital.
Durante el resto de la fase de investigación, seguiré realizando comparecencias periódicas ante esta Comisión, en paralelo a los debates legislativos sobre un reglamento para la creación del euro digital, que la Comisión Europea tiene previsto proponer en el primer trimestre del año próximo[7].
Hoy me gustaría tratar dos cuestiones. En primer lugar, el papel del Eurosistema y de los participantes del mercado en el ecosistema del euro digital. En segundo lugar, cómo tenemos previsto distribuir el euro digital a los usuarios.
Aprovechar las sinergias a lo largo de todo el proceso de pagos
Los esfuerzos combinados de los sectores público y privado fueron fundamentales para establecer el sistema de pagos europeo que tenemos hoy, uno de los más eficientes del mundo[8]. Ahora tenemos que recurrir de nuevo a esta cooperación para implantar el ecosistema del euro digital, lo que garantizará que el dinero público sea accesible en formato digital y que puedan crearse soluciones innovadoras de pagos minoristas a escala paneuropea.
El Eurosistema tiene una amplia experiencia en la oferta de activos sin riesgo similares al efectivo y en la provisión de la infraestructura de pagos subyacente, y el sector privado cuenta con un importante bagaje de competencias en la distribución de productos de pago y en la interacción con los usuarios finales. Tenemos que aprovechar estos puntos fuertes para generar sinergias y satisfacer las necesidades de los usuarios en un entorno de pagos en rápida evolución.
El papel del Eurosistema
Para sus tenedores, un euro digital constituiría un pasivo directo del banco central, como ocurre actualmente con los billetes. Por tanto, se registraría en el balance del Eurosistema, que sería responsable de cualquier error en su liquidación[9]. Así pues, es de suma importancia que el Eurosistema retenga el pleno control sobre la emisión y liquidación del euro digital, y la mejor manera de lograrlo sería que llevara a cabo las actividades de liquidación para los intermediarios que distribuyen el euro digital a los usuarios finales.
Esto es plenamente coherente con el objetivo de salvaguardar la privacidad de los usuarios finales. Podemos diseñar el euro digital para asegurar que el Eurosistema solo procese datos para liquidar operaciones sin que sea posible hacer un seguimiento de los pagos enviados o recibidos por un usuario concreto. La separación estricta de los datos entre los intermediarios y el Eurosistema, así como las técnicas de mejora de la privacidad, garantizarían que este no pueda vincular ningún dato visible a la identidad de un usuario del euro digital[10].
El hecho de que la liquidación sea efectuada por Eurosistema no implica que gestionaríamos las cuentas de los usuarios. Las cuentas en euros digitales y las operaciones de pago asociadas serían ofrecidas y operadas por intermediarios privados, como ocurre actualmente con las cuentas y los servicios bancarios que los clientes ya conocen.
Para las actividades de liquidación, el Eurosistema podría utilizar la tecnología de registro tradicional o la de registros distribuidos. Aún no hemos tomado una decisión sobre qué tecnología sería la más adecuada para un euro digital, pero, cuando lo hagamos, valoraremos la eficiencia, la seguridad y la integración con servicios orientados al cliente, así como el impacto medioambiental.
El papel de los intermediarios
Durante el año pasado, investigamos el diseño de un euro digital que responda a las expectativas de los europeos. Para ello, hemos tenido en cuenta los análisis detallados de los hábitos de pago, las observaciones de los grupos focales y los comentarios y sugerencias recibidos en esta sede y de los principales interesados.
Los intermediarios que distribuirían el euro digital tienen un conocimiento profundo y de primera mano de lo que necesitan los usuarios, por lo que son los más indicados para ser las contrapartes directas de los ciudadanos, los comerciantes y las empresas que usarían el euro digital. Estos intermediarios abrirían cuentas y monederos, llevarían a cabo controles para verificar la identidad del cliente y la prevención del blanqueo de capitales. y proporcionarían los dispositivos o la tecnología necesarios para pagar en comercios físicos, online o de persona a persona[11]. Por ejemplo, los usuarios podrían utilizar una aplicación para pagos directos entre dos personas y una interfaz online para las compras por Internet. Nuestra investigación de estos dispositivos y tecnologías (los denominados factores de forma) está en curso.
Desarrollaremos prototipos con el fin de explorar diversas soluciones de interfaz de usuario para realizar pagos con euros digitales. Esta oportunidad de aprendizaje contribuirá a nuestro análisis de diseño en las fases sucesivas del proyecto del euro digital. Esperamos publicar nuestros resultados en el primer trimestre del próximo año[12].
Los intermediarios también tendrían un papel en la transferencia o retirada de fondos en las cuentas en euros digitales de los usuarios[13]. Los usuarios podrían financiar sus cuentas o monederos en euros digitales con efectivo, o convertir el dinero de los bancos comerciales (es decir, depósitos bancarios) en euros digitales. También podrían convertir euros digitales en efectivo o transferir dinero desde su cuenta en euros digitales a su cuenta bancaria.
Por último, los intermediarios también llevarán a cabo las tareas de gestión de las operaciones, al igual que para los pagos actuales. Por tanto, serán responsables de iniciar las operaciones en euros digitales, así como de la autenticación de clientes y la validación de las transacciones.
Establecimiento de un esquema para el euro digital a fin de crear una moneda de acceso universal
Permítanme referirme ahora a cuál sería la mejor forma de distribuir el euro digital.
Queremos asegurarnos de que en la zona del euro todos puedan hacer y recibir pagos en euros digitales, con independencia de la entidad en la que abran su cuenta o monedero en euros digitales y su país de procedencia. Con el fin de mejorar la inclusión financiera, también queremos que quienes actualmente no tienen acceso a los pagos digitales, o tienen un acceso limitado, puedan utilizar el euro digital. Y un euro digital debería promover la innovación en el mercado de pagos y permitir que los intermediarios desarrollen soluciones novedosas en lugar de disuadirlos o desplazarlos.
Hemos investigado a fondo distintos modelos de distribución, contrastándolos con los objetivos principales de nuestro proyecto de un euro digital. Asimismo, hemos examinado lo que ha funcionado bien en el pasado en el desarrollo de soluciones de pago que abarcan a toda la zona del euro, como el proyecto de la Zona Única de Pagos en Euros (SEPA), que permite que consumidores, empresas y autoridades públicas de Europa efectúen y reciban pagos en las mismas condiciones[14].
Creemos que un esquema del euro digital —es decir, un único conjunto de normas, prácticas y estándares— es la opción más adecuada para lograr nuestros objetivos[15].
Este esquema serviría de marco común para que los intermediarios de la zona del euro desarrollasen productos y servicios basados en un euro digital. Establecería un conjunto de normas de funcionamiento y estándares técnicos comunes que los intermediarios tendrían que seguir con el fin de ofrecer soluciones para el euro digital a los usuarios finales[16]. Y ayudaría a crear una marca específica para que, en caso de que se pusiese en marcha el euro digital, los ciudadanos y las empresas supieran que están pagando con esa moneda.
Gracias a una marca reconocible, el esquema del euro digital fortalecería el papel del euro digital como ancla monetaria junto con el efectivo. Y los beneficios en cuanto a estandarización e interoperabilidad permitirían que el esquema impulsase también nuestra autonomía estratégica y eficiencia económica[17].
Este esquema respondería a los diferentes intereses de los distintos participantes en el mercado: ciudadanos, comerciantes, empresas e intermediarios.
Los ciudadanos no notarían ninguna diferencia al hacer sus pagos desde cualquier punto de la zona del euro. Podrían utilizar el euro digital en distintos contextos, tanto si están cenando en un restaurante como si están comprando por Internet o transfiriendo dinero a un amigo.
Para los comerciantes y las empresas, atender la demanda de los clientes es fundamental[18]. Un esquema del euro digital proporcionaría un estándar común y sería más fácil satisfacer las preferencias de los clientes por una solución de pago sencilla. La estandarización también reduciría los costes de ajuste y facilitaría la integración en los sistemas back-end de los comerciantes.
Y a los intermediarios, el esquema les permitiría distribuir el euro digital y desarrollar otras soluciones innovadoras para sus clientes sobre la base del esquema. Asimismo, ofrecería la estandarización y armonización necesarias para fomentar la innovación en el mercado en toda la zona del euro.
En este contexto, próximamente comenzaremos a trabajar en desarrollar el esquema del euro digital. Definir un conjunto de normas desde una fase temprana es crucial para que el mercado pueda desarrollar soluciones basadas en el euro digital si finalmente se pone en marcha esta moneda digital. Trabajaremos con los distintos interesados —intermediarios, consumidores y minoristas— para que puedan contribuir con sus opiniones, sus conocimientos y experiencia a medida que se va desarrollando el esquema.
Conclusión
Permítanme que concluya.
Un euro digital bien diseñado redundaría en beneficio para todos. Ofrecería una solución para los que necesitan efectuar o recibir pagos. Aseguraría una infraestructura estandarizada a disposición de todos. Y sería una base sólida para que los intermediarios presten servicios de pago en toda la zona del euro, fomentando así la competencia y la innovación.
La cooperación entre los sectores público y privado es fundamental para hacer realidad el euro digital. El Eurosistema y los intermediarios que participen desempeñarán una función clave, dado que aportarán sus respectivos conocimientos y experiencia.
Para que la cooperación sea un éxito, será necesaria una estrategia de precios que proporcione incentivos económicos adecuados para promover la adopción del euro digital. En estos momentos estamos analizando un posible modelo de compensación para el euro digital, un tema que también es relevante para la Comisión Europea. Tengo previsto debatir esto con ustedes en los próximos meses, así como otros aspectos importantes del euro digital que estamos investigando en la actualidad.
Quedo a su disposición para responder a sus preguntas.
Panetta, F. (2022), «Un euro digital que responda a las necesidades del público: encontrar el equilibrio adecuado», intervención en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, 30 de marzo.
Panetta, F. (2022), «El euro digital y la evolución del sistema financiero», intervención en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, 15 de marzo.
BCE (2022), «Progress on the investigation phase of a digital euro», septiembre. En primer lugar, el Eurosistema establece las posiciones de los expertos sobre las principales cuestiones de diseño y los aspectos pertinentes para las políticas de un euro digital, que posteriormente se discuten con colaboradores externos antes de que el grupo de trabajo de alto nivel del Eurosistema realice su evaluación final. A continuación, el Consejo de Gobierno del BCE aprueba las opciones de diseño. También puede consultarse más información sobre la gobernanza del proyecto y los hitos fundamentales y calendario del proyecto en el sitio web del BCE.
Para otras operaciones, el escenario base será ofrecer a los usuarios un nivel de privacidad igual al de las soluciones digitales privadas disponibles actualmente.
La imposición de límites cuantitativos a las tenencias de los usuarios particulares limitaría los volúmenes a nivel individual o la velocidad de conversión de los depósitos. Las herramientas basadas en la remuneración podrían calibrarse para que las tenencias elevadas en euros digitales por encima de un determinado umbral no resulten atractivas en comparación con otros activos de alta liquidez y bajo riesgo.
Por lo que se refiere al diseño del mecanismo de transferencia utilizado para validar las operaciones, el Eurosistema seguirá explorando una solución para un euro digital, en la que las transacciones se realizarían online y serían validadas por un tercero, así como una solución validada entre particulares para los pagos offline.
Se espera que en el primer trimestre de 2023 la Comisión Europea publique una propuesta de Reglamento para establecer y regular los aspectos esenciales del euro digital como nuevo formato de dinero de banco central.
Por ejemplo, la Zona Única de Pagos en Euros (SEPA) se ha convertido en un modelo de asociación fructífera entre entidades públicas e intermediarios privados. Véase Panetta, F. (2022), «Bringing European payments to the next stage: a public-private endeavour», discurso pronunciado en la conferencia del 20º aniversario del Consejo Europeo de Pagos, Fráncfort del Meno, 16 de junio.
La liquidación puede definirse como la realización de una operación de pago con el fin de cumplir las obligaciones de los usuarios finales mediante la transferencia de fondos. Los dos procesos técnicos que permiten la liquidación de las operaciones son: i) la validación de la liquidación: comprobación de la disponibilidad de dinero del ordenante, o de su integridad, para evaluar si la suma puede transferirse del ordenante al beneficiario; y ii) registro de la liquidación: anotación contable de dinero, con referencia a la transferencia efectiva de dinero del ordenante al beneficiario y una imagen de la cantidad de euros digitales en circulación.
Garantizar la privacidad requiere que el registro de las tenencias/transferencias de dinero se desvincule de los pagos/usuarios específicos correspondientes. Para más información sobre las opciones básicas de privacidad, véase Panetta, F. (2022), «Un euro digital que responda a las necesidades del público: encontrar el equilibrio adecuado», intervención en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Bruselas, 30 de marzo y BCE (2022), «Digital euro – Privacy options», presentación al Eurogrupo, 4 de abril.
Para más información sobre los casos de uso, véase Panetta, F. (2022), «Un euro digital que responda a las necesidades del público: encontrar el equilibrio adecuado», intervención en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, 30 de marzo.
Durante la fase de investigación, una de las actividades previstas es un ejercicio de creación de prototipos, que deberá completarse antes del final del primer trimestre 2023. Este ejercicio permitirá comprobar la compatibilidad con los sistemas existentes. No está previsto reutilizar estos prototipos en las fases posteriores del proyecto del euro digital. Hemos organizado una convocatoria pública de manifestaciones de interés para participar en la creación de prototipos. Todos los interesados tuvieron que demostrar varias «capacidades esenciales» descritas en la convocatoria, por ejemplo, cumplimiento de las normas sobre protección/privacidad de datos. Hemos evaluado qué proveedores cumplían mejor las «capacidades específicas» necesarias para casos de uso determinados. Véase BCE (2022), «ECB selects external companies for joint prototyping of user interfaces for a digital euro», MIP News, 16 de septiembre.
Los usuarios podrían elegir si efectuar la conversión en euros digitales de dinero de los bancos comerciales o de efectivo, y viceversa, de forma manual o automática. Por ejemplo, para la opción automática, estamos estudiando una funcionalidad en cascada que permitiría a los usuarios efectuar o recibir pagos en euros digitales por importes superiores al límite de tenencia mediante la vinculación de una cuenta en euros digitales a una cuenta de un banco comercial. Cuando se recibe un pago, este mecanismo permitiría convertir automáticamente el importe de dinero digital de banco central minorista que exceda el máximo de tenencia en un depósito bancario mantenido en una cuenta de un banco comercial vinculada elegida por el usuario final. Del mismo modo, un mecanismo inverso garantizaría que los usuarios finales puedan efectuar un pago incluso si el importe supera su disponibilidad actual de euros digitales. La liquidez adicional necesaria se retiraría de la cuenta del banco comercial vinculada y la operación se completaría en euros digitales por su valor total.
En el documento del Eurosistema titulado «SEPA Migration Impact Assessment» se indicó que, en el contexto de la creciente complejidad técnica de los servicios de pago en Europa, una de las lecciones que se pueden extraer del proyecto SEPA y de la aplicación de la Directiva sobre servicios de pago revisada (DSP2) es que lo ideal sería completar la estandarización técnica y el desarrollo del esquema del euro digital antes de introducir la legislación que regule su uso.
Por ejemplo, el Eurosistema podría ser solo el responsable de emitir la moneda digital, sin proporcionar la infraestructura de liquidación ni intervenir en la distribución —el «modelo de emisión»—. Como alternativa, en un modelo de libre acceso, el Eurosistema solo facilitaría la infraestructura de liquidación y establecería las normas de acceso; todas las entidades que cumpliesen esas normas podrían utilizar la infraestructura a su manera. Aunque con estos dos modelos se da margen a los operadores del mercado para innovar, es posible que no se logre la distribución generalizada a los usuarios finales ni la suficiente interoperabilidad, lo que dificultaría la experiencia de esos usuarios y la inclusión financiera. También cabe imaginar un modelo alternativo de distribución en el que el Eurosistema proporcionaría el producto de pago completo en una solución integral. Este modelo podría asegurar una experiencia homogénea de los usuarios finales y una amplia distribución, pero reduciría el papel de los intermediarios y podría plantear retos para satisfacer las demandas de esos usuarios y seguir el ritmo de las innovaciones.
Un esquema del euro digital sentaría las bases para el desarrollo de diversas soluciones dirigidas a los usuarios finales en las que se emplearía el euro digital y se facilitaría la interoperabilidad entre distintas soluciones destinadas a esos usuarios. Además de establecer normas de funcionamiento básicas, el esquema podría incluir otros servicios optativos que permitirían a los participantes prestar servicios complementarios para atender necesidades específicas de los clientes. Sería necesario que el Eurosistema adoptase decisiones acordes con la legislación de la UE, sobre: quién sería el propietario del esquema, quién se encargaría de gestionar sus distintos elementos, qué elementos técnicos quedarían cubiertos por las normas del esquema y qué tipo de entidades podrían participar en el esquema. El Eurosistema también podría definir una marca de euro digital que fuese reconocible para los usuarios finales y podría establecer determinadas normas comerciales para la prestación de servicios de pago con euros digitales.
BCE (2022), «The case for a digital euro: key objectives and design considerations», julio.
Kantar Public (2022), «Study on New Digital Payment Methods», marzo.
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