El empleo y la revisión de la estrategia

Nuestra política monetaria interactúa con la economía

Nuestra función es mantener los precios estables, lo que significa mantener la inflación —la tasa de variación de los precios generales de los bienes y servicios a lo largo del tiempo— en niveles bajos. Para hacerlo bien, debemos prestar gran atención a la economía y a cómo nuestra política monetaria interactúa con ella.

Para tener una idea completa de cómo marcha la economía, también debemos ver cuántas personas tienen empleo, qué tipo de empleos son y cuál es su remuneración. En otras palabras, cuando tomamos decisiones también tenemos en cuenta la situación del empleo y, a su vez, vigilamos cómo le afectan.

Analizamos el empleo en el conjunto de la zona del euro

Para obtener una imagen completa del empleo en nuestra unión monetaria es preciso examinar los 19 países de la zona del euro. Esta imagen es muy variada e incluye todo tipo de personas: jóvenes y mayores, y personas con niveles educativos muy altos y muy bajos.

A algunos grupos les resulta más difícil encontrar trabajo que a otros. Es el caso, especialmente, de quienes llevan tiempo sin trabajar y pierden su cualificación profesional. La situación del empleo es importante, ya que resulta fundamental para entender por qué ha aumentado la desigualdad en nuestras sociedades en las últimas décadas y qué pueden hacer los Gobiernos para cambiarlo.

Adoptamos decisiones pensando en la economía

Ajustamos nuestra política monetaria dependiendo de la marcha de la economía, y el empleo es una parte importante de la ecuación. Cuando hay más puestos de trabajo que trabajadores para cubrirlos, los precios suben con mayor rapidez. Esto ocurre porque hay más demanda para adquirir esos bienes y servicios, pero también porque las empresas pagan salarios más elevados para atraer trabajadores con el fin de satisfacer esta nueva demanda y trasladan parte de este incremento de costes a los consumidores. Cuando los trabajadores pierden su empleo, hay menos dinero para gastar. El número de consumidores que compran en las tiendas se reduce y el gasto en la economía cae. Los precios no suben tanto.

Sin embargo, no solo es importante el número de personas que tienen empleo, sino también la calidad de esos empleos. Una persona con un trabajo estable y bien remunerado gastará y ahorrará de distinta forma que alguien que tiene un trabajo inestable y mal pagado.

La estabilidad de precios favorece el empleo...

La facilidad con la que las personas encuentran y conservan buenos empleos depende principalmente de las políticas nacionales. Pero la estabilidad de precios también puede favorecer la creación de puestos de trabajo. Cuando los precios son estables, las empresas y las personas pueden hacer planes e invertir mejor. Ello permite crear una economía más próspera y, como consecuencia, las empresas contratan a más trabajadores para satisfacer la mayor demanda de bienes y servicios.

... y también pueden favorecerlo nuestras decisiones de política monetaria

En ocasiones, nuestra propia política monetaria puede respaldar el empleo en la economía. Por ejemplo, si la economía no va bien, la inflación puede caer. Podemos ajustar nuestra política monetaria para que se abaraten los préstamos a los hogares y las empresas. Ello puede ayudar a impulsar el gasto y la inversión. Estos cambios no solo contribuyen a estabilizar la inflación, sino también a conservar los empleos y estimular la creación de nuevos puestos de trabajo. Mantener los precios estables «a medio plazo» apoya el pleno empleo.

La estabilidad de precios es buena para el empleo

En nuestros encuentros con el público, los ciudadanos, especialmente los más jóvenes, manifestaron su preocupación por la calidad del empleo y sus posibilidades de encontrar trabajo. Sin duda, los Gobiernos son responsables de crear un entorno en el que los ciudadanos puedan encontrar trabajos buenos y estables, pero nosotros podemos ayudar manteniendo la estabilidad de precios. Por este motivo tendremos en cuenta el empleo al tomar nuestras decisiones de política monetaria.